Es para mi un gran alegrón cumplir años, esta vez 49, a las puertas del cambio de folio decidí pasarla con tres de los amigos más antiguos que me van quedando. Todo muy bien, tomamos del bueno, conversamos mucho porque hacía ene tiempo que no nos juntábamos, fumamos puros y tratamos inútilmente de engrupirnos a unas minas en la Island, ya no están los tiempos para eso parece. Como ya hice un recuento del año pasado, sería majadero repetirlo. Solo puedo decir que he tenido demasiada buena suerte: todavía no me quedo pelado, me dedico a las cosas que me gustan, tengo buena salud y muchos amigos ¿que más se puede pedir?.
Por ley de compensaciones en los años que vienen me debería venir un cáncer o algo por el estilo, pero no importa porque ya he tenido suficientes años buenos, que sea lo que Dios quiera. Mi amigo Humberto, el cubano que me regalaba puros desde septiembre ya se le acabaron los "Selectos" de Olguín asi es que me regaló un "Partaguas" chiquito, delicioso. Comienzo mis 49 años como un libro en blaco, fumándome el Partaguas, estas son las primeras líneas y ojalá que el 6 de enero del 2005 mirando hacia atrás esté igual de contento que ahora para recibir los 50. A propósito me acordé de la canción "Paladar"
Llego al club de los cincuenta, y una mano trae la cuenta
llama la atención la suma, desde hoy hasta mi cuna
Cada juego cada empeño, cada vida, cada sueño
viene con importe al lado, a pesar de lo pagado
Me pregunto qué negocio es este
en que hasta el deseo es un consumo
que me haré cuando facturen el sol
Pero vuelvo siempre el rostro al este
y me ordeno un nuevo desayuno
a pesar del costo del amor
Escúchenla en http://www.bradanovic.cl/Paladar.mp3
Ah y fotos del cumpleaños de anoche en http://www.bradanovic.cl/49/49.htm
Siendo Arica una ciudad tan chica, es extraño que yo no conozca personalmente al doctor Renato Aguirre Bianchi, resulta que con el tiempo acá todos nos terminamos topando en algún lado pero con el doctor Aguirre no ha sido el caso. Sin embargo en ciertos aspectos lo conozco más que a algunas pérsonas de mi propia familia, he leído muchísimas páginas de sus artículos y por estas rarezas virtuales de Internet, ya tengo una idea y una opinión sobre su persona.
Arica es una ciudad especialmente apta para las personas talentosas y atípicas; acá uno se encuentra con arquitectos pero que también son músicos, abogados fanáticos de la poesía y el teatro, empleados judiciales que son excelentes pintores. Debe ser el hecho de que acá es tan escaso el uso de la corbata, que la sangre parece fluir a la cabeza de la gente con mayor facilidad y uno se encuentra a cada paso con personas extraordinarias. El doctor Aguirre es uno de esos casos, no se trata de un médico frustrado cuya verdadera vocación es la antropología, nada de eso, es uno de los cirujanos más brillantes que tenemos, a él se le encargan los casos especialmente delicados donde ningún otro se atreve a operar y muchos ariqueños pueden dar fe de esto, tal como me contó el otro día un taxista que casi se muere atragantado y que la oportuna operación le salvó la vida.
Cada cierto tiempo el doctor Aguirre sale a operar al extranjero, lo que seguramente debe ser muy rentable, para volver y dedicarse a su otra vida: la de los estudios antropológicos. Lo curioso es que en esta segunda vida tampoco es un dilettante que escriba por distraerse, son miles de páginas y fotografías a lo largo de treinta años de recorrer la región con curiosidad y entusiasmo inagotables. Al doctor Aguirre lo conocí virtualmente gracias a que ha sido un puntal de nuestra web municipal con su enorme aporte de artículos y material gráfico y regularmente intercambiamos mail. No es una persona que se preocupe mucho si sus opiniones son o no políticamente correctas y defiende sus ideas con vehemencia.
Pero lo más importante es que todo este tremendo trabajo sobre nuestra tierra se encuentra condensado en un par de CDs que -a mi modo de ver- son lo más completo que he conocido sobre nuestra historia, costumbres y antropología y lo mejor es que está escrito de manera sencilla y entendible por todos. Yo creo que esos dos CDs son un verdadero tesoro para los que queremos y nos interesamos por Arica, y para que hablar de los turistas o estudiosos extranjeros, son un verdadero "must see", y por ello en la web municipal incluímos una nota con la breve descripción de este material. Véala en http://www.aricachile.net/renatoaguirre/artemisa.htm
¡Tantos días sin escribir nada! bueno, a mi natural tendencia al ocio se sumó un montón de cosas que me han tenido -desafortunadamente- muy ocupado. Viajes a Iquique, presentaciones de proyectos, problemas de toda clase que se han ido sumando a unas semanas muy movidas con que comenzamos el año. Lo malo es que la mayoría de estas cosas no son de interés para el weblog, así es que me encuentro después de un par de semanas sin nada interesante que colocar, solo que he andado corriendo de un lado a otro como bombero loco y no he tenido mucho tiempo para disfrutar el verano que es lo que realmente importa.
Cuando pienso en lo poco importante que resulta todo esto a fin de cuentas... el otro día estuve hablando que en realidad ni me importaba mucho la plata, nadie me creyó, dijeron que era cuento y todavía me siguen haciendo bromas con eso. Pero es verdad, la plata no me interesa una vez que he resuelto mis necesidades básicas y si no me creen que se vayan todos al diablo (si es que no me voy yo antes).
A propósito me encontré con un antiguo compañero de universidad haciendo antesala en una oficina fiscal, él me saludó pues yo jamás lo hubiese reconocido, tenía el pelo blanco y se veía realmente mal. Me contó que estuvo tres años en Santiago buscando trabajo y no había encontrado nada, ahora había vuelto a Arica a buscar alguna colocación. Hablaba de Jesucristo y cosas por el estilo, aunque no creo que la religión lo haya ayudado mucho, más bien me pareció un tipo medio desesperado. Trantando de animarlo le dije que por lo menos se veía sano y gordito, que todavía no empezaba a pasar hambre. Igual no creo que le haya hecho mucha gracia mi comentario. En fin, espero que se arregle. Es pasmosa la cantidad de profesionales cesantes que anda dando vuelta por estos días.
Tuve botado el Mitsubishi Colt 1981 de la Pilar durante más de 8 años, el otro día por curiosidad le puse una batería y partió como si hubiese estado funcionando desde siempre. Pero funcionaban solo dos pistones. Mi vecino Arturo, que es experto mecánico me dijo que podríamos levantarle la culata a ver que tenía, a mi se me olvidó el asunto y todo quedó en nada. Ayer en la tarde veo al Arturo metido en el motor del auto, estaba empezando a desarmarlo poir su cuenta así es que me puse a "ayudarlo" (lease mirarlo) al lado.
En menos de una hora estaba toda la culata afuera y ¡sorpresa! el motor estaba nuevo, cero desgaste aparte de dos válvulas que estaban rotas medio a medio y toneladas de óxido por todas partes, pero el aluminio estaba 100% sano. Así es que comienzo un nuevo trabajo de restauración, vean las primeras fotos en http://www.bradanovic.cl/automania/colt.htm
otras fotos sobre mi pasión por los fierros en
http://www.bradanovic.cl/automania
Anoche cuando estaba en el aeropuerto, esperando el avión de vuelta a Arica me pasó algo muy curioso. Durante la espera saqué la palm y me puse a leer "Candido" de Voltaire, que había descargado hace poco. La cosa es que me metí tanto en el -entretenidísimo- libro que me olvidé de todo hasta que el último anuncio me avisó que el avión estaba saliendo sin mi.
Pasé el desagradable control donde hay que vaciar los bolsillos, sacar las llaves, etc. y me fuí a sentar mientras daban el aviso de embarque. Me puse de nuevo a leer en la Palm y de pronto me doy cuenta que se me había perdido el notebook junto con otro bolso donde llevaba mis cosas. Volví a pasar por seguridad muy preocupado para ver si los había dejado en la sala de espera, nada, entré de nuevo a sala de embarque ante la impaciencia de la niña de seguridad, a esas alturas ya me estaba preocupando de verdad, busqué por todas partes y nada.
En fin, ya estaba haciendo mentalmente la pérdida. Luego me acordé de lo más obvio y fuí a ver la máquina de rayos X donde, obviamente, estaba mi notebook y el otro bolso. Había sido tán automático eso de meter los bolsos a la máquina que lo había olvidado completamente. Algunos me miraban como si estuviese chiflado y parece que algo de razón tenían.
Porque hoy iba manejando y de lo mejor conversando -mentalmente- conmigo mismo, cuando sin darme cuenta me coloqué en la pista contraria en un cruce de semáforo, tuve que echar marcha atrás ante el enojo de los demás conductores. Para terminarla hace un rato anduve en el centro y al volver a la camioneta me di cuenta que ya no tenía las llaves. Yo soy normalmente distraído, pero nunca me habían pasado tantas cosas juntas en tan poco tiempo, debe ser por el dicho ese que "las desgracias vienen de a tres". Espero que las llaves se me hayan quedado donde mi amigo Stanko, porque de otro modo voy a quedar a disposición de los ladrones. La Pilar me dice que cualquier día de estos voy a perder la cabeza, no sabe como la he perdido un montón de veces.
Bueno, continúo esta entrada al día siguiente porque se me olvidó subirla ;-D, las llaves efectivamente estaban donde el Stanko así es que antes que me olvidara fuí a depositar al banco 400 mil pesos (unos US$ 700.-) con lo que el saldo de mi tarjeta de crédito quedo exactamente en cero, razón de sobra para fumarme un puro y/o tomar una nutritiva cerveza, a modo de celebración. ¡Salud por el distraído!. La foto muestra el comprobante de tan felíz suceso.
Anoche escribí el artículo de tecnología para colocar en la web municipal de febrero, aquí lo copio de primicia, antes que salga en http://www.aricachile.net
Hay que cuidar a los locos
Hace pocos días, para pasar una aburrida tarde en un hotel de Iquique, me puse a ver el History Channel donde dieron la historia del inventor del primer juego de video. Resulta que en los años 50 a un científico de los laboratorios Brookheaven (o como se escriba) se le ocurrió usar el gigantesco computador para que, conectado a un osciloscopio y con unos primitivos "joystick", aprovechara su capacidad de predecir las trayectorias de proyectiles, simulando un juego de ténis. El propósito de esto era hacer menos aburridas las presentaciones de difusión que hacía el laboratorio para la gente común y corriente.
El asunto tuvo cierto éxito como curiosidad hasta que fué desarmado y olvidado. Al inventor ni se le pasó por la mente patentarlo, a pesar que era poseedor de más de una docena de patentes serias ¿que utilidad práctica podía tener un estúpido juego, si se necesitaba una enorme máquina de varios millones de dólares para usarlo? La cosa es que pasaron los años y los computadores se hicieron cada vez más pequeños y baratos, a un punto que ni el propio Nostradamus hubiese podido imaginar, y a fines de los setentas el fundador de Atari fabricó un pequeño aparato con el primer videojuego, este se llamaba "Pong" y era esencialmente lo mismo que el ideado en los 50 pero en una máquina pequeña y barata que fue la base del posterior imperio de los videojuegos.
El producto fue una locura mundial y el dueño de Atari ganó cientos de millones con él, hasta que la empresa Magnavox lo demandó alegando que la idea original había sido de ellos. Afortunadamente Atari pudo demostrar que alguien había tenido antes la misma idea y no la había patentado con lo que se libró del reclamo por patentes. Bueno, esa es la historia, pero ahora viene la moraleja.
De una buena historia suelen sacarse buenas moralejas. La primera y más obvia es lo difícil que resulta imaginarse el futuro; ¿quien iba a pensar en los años 50 que en un par de décadas los computadores iban a ser tan pequeños y baratos que incluso los niños podrían tener uno como juguete y que el invento aparentemente inútil iba a valer muchos millones de dólares si se hubiesen tomado la molestia de patentarlo?, se dice que el fundador de Atari ganó más de 200 millones de dólares con el Pong, mucho más de lo que nunca soñó tener su científico inventor.
Otra moraleja es que muchas cosas aparentemmente triviales pueden tomar una tremenda importancia con el tiempo y esto no solo vale para los inventos sino que mucha gente excentrica, locos, fracasados, con el correr del tiempo pueden resultar geniales. Hay que tener ojo con los alternativos, no olvidemos que a don Tomás José Urmeneta le decían "el loco del burro" y nadie lo tomaba en serio, hasta que llegó a ser uno de los más grandes millonarios de su época. Para que hablar del propio Bill Gates en los años 70.
Y en este punto yo haría una asociación con la actual situación del turismo en Arica -perdonen que sea majadero en el tema, pero creo que vale la pena- ¿quien nos dice que no llegará el día en que el negocio turístico haga millonarios en nuestra ciudad?, los conservadores podrán alegar mil razones en contra, que nuestras playas no se comparan con las del Caribe, que nuestros atractivos jamás alcanzarán la masa crítica necesaria para un despegue, en fin, las dificultades son muchas.
Pero son todas de similar naturaleza a las que hicieron que el inventor de los videojuegos no se interesara por patentar su idea: simplemente creyó que jamás se iban a solucionar los problemas que la gente práctica veía como insuperables. El bosque de dificultades le impidió ver lo fundamental, que tenía en sus manos algo tremendamente atractivo en caso que los problemas pudiesen resolverse.
La falta de fe en el futuro es la característica de los mediocres y el inventor de los videojuegos era sin duda un mediocre, un científico respetable que no tenía mucho tiempo para los sueños, murió confortable y burgues como todos los que se toman en serio a si mismos, mientras que fueron otros visionarios quienes se llevaron la fama y los millones.
No digo que la apuesta al turismo en Arica tenga éxito asegurado. Ninguna apuesta grande lo tiene, porque de ser así no existirían los pobres. Pero necesitamos gente que sueñe, que se imagine el futuro más allá de lo confortablemente previsible. Creo que esa fue la moraleja principal que saqué después de ver la historia en la tele en una aburridísima tarde de hotel; hay que cuidar a los locos.